jueves, 17 de abril de 2008

"AMBOS DOS"

Le toco el timbre bien tocado y cuando dejo de tocar atiende Juan y me dice bien dicho ¡ahí bajo para abajo!
-¡No! No bajes para abajo, deja que subo para arriba así nos escapamos huyendo por que me vienen persiguiendo.
-¿Quién viene viniendo?
-¿Te importa que te conteste “no importa”?
-Entonces subí para arriba, te espero en la terraza y nos pasamos para el otro lado.
-¡No me dejes de lado!
-No, no. Le digo al de al lado que nos deje entrar adentro.
Mou sube para arriba, sale para afuera y se encuentra con Juan.
-¿Qué haces Juan? ¿Todo bien?
-Todo bien. Pasemos pasando para el otro lado.
-¡Buenísimou! Pero pasemos ambos dos.
-¡MIRÁ LA CALLE, VIENEN VINIENDO!
-¡CORREN CORRIENDO!
-Vamos yendo.
-¿Cuántos son?
-Dos. Uno azul y otro azulado.
-Sigamos las marcas que están bien marcadas.
-¿Cómou?
-¡Las marcas marcadas!
-¿Las del piso de abajo o las del techo de arriba?
-Las del piso que pisas.
-¿Y el de al lado?
-Esta del otro lado del recorrido que recorremos corriendo.
Juan y Mou siguieron camino hasta el otro lado y se encontraron con Yayo.
-¡Yayo! Decile a Yolanda que me baje para abajo el llavero con llaves que yo le dije que me guardara bien guardado.
-¿Qué?
-Decile a Yolanda que te dé a vos para que me lo des a mí y yo se lo pueda pasar a Mou, el llavero con llaves escondido en la llanta al lado de una llana que apoyó el pintor que pintó lo pintado aquella vez.
-¡Yolanda! Traé las llaves.
-Tomá Juan, te dejo las llaves con el llavero. ¡Uy! Dejé la hornalla prendida, se me quema la tortilla.
-¡Que rico!
-¿Se quedan a comer comida?
-No. Yo prefiero el pollo con ensalada de repollo apoyado en una silla tomando gin un día de lluvia y todos llorando.
-¡Que loco!
-¡Re loco!
-¡Del coco!
Rápido recorren el recorrido corriendo y recogen una guitarra.
-¡Pará! Me rompí la pierna.
-¡Jajaja!
-No te rías.
-Me retuerzo de la risa y me regocijo con tu rotura.
-¡Que dolor raro!
-¿Qué se te rompió? ¿La rótula o la rodilla?
-No puedo seguir siguiendo.
-Nos van a atrapar bien atrapados.
-¡Fuerza! ¡Esforzate! Falta poco para el final.
-Me hiciste acordar a Facundo.
-¿Facundo? ¿El fanfarrón que fabricaba facturas con su familia?
-No, el referí que cobró el foul ficticio a Fabricio en capital federal.
-¡Que flash! El que le tiró el fieltro inflable en la faringe con firmeza.
-Buen futbolista. Fasero y fachista.
Siguieron hasta el final del pasillo cuando…
-Esta es la puerta. Pasame bien pasada la llave con el llavero.
-Te paso bien pasada la llave con el llavero y agarrala bien agarrada.
-¡No abre!
-Dale que me duele.
-¿Sentís dolor?
-Si, que olor.
-¡Abrió! Bien abierta.
-Salgamos para afuera.
-ALTO, POLICÍA.
-Me dijiste que eran dos. Uno azul y otro a su lado.
-No. Yo te dije que eran dos, uno azul y otro azulado.

Moe

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